Comunidades virtuales profesionales


Comunidades virtuales de profesionales: algunas discusiones conceptuales

Resultado de imagen para comunidades virtuales de profesionales y de negociosPartimos de la definición propuesta por Rheingold, quien destaca los niveles de conexión, relación e involucramiento que experimentan los usuarios de estas comunidades: “Las comunidades virtuales son agregaciones sociales que emergen de Internet cuando suficientes personas se mantienen en una discusión pública, durante suficiente tiempo, con suficiente sentimiento humano como para establecer redes de relaciones personales en el ciberespacio” (1993: 5).

Desde la perspectiva socio-antropológica, las investigaciones se centran en la dimensión social y cultural del uso de las TIC, así como en el tipo, características, condicionantes, tejidos sociales y temas abordados en las comunicaciones que generalmente fluyen en las redes. En otras palabras, nos concentramos en las relaciones sociales que los cibernautas establecen en sus diferentes comunicaciones.

La capacidad de estas formaciones sociales online para crear vínculos y relaciones es objeto de discusión. Podríamos diferenciar aquí entre aquellas visiones románticas sobre las comunidades virtuales, que enfatizan la movilización de significados, lenguajes e identidades compartidas versus algunas lecturas que remarcan una lógica de tipo funcional y una baja intensidad en los vínculos mediados (Hine, 2004: 31).

Resultado de imagen para comunidades virtuales de profesionales y de negociosAdentrándonos en el universo de las comunidades virtuales, podemos encontrar diferentes tipos y clasificaciones. Markus (2002) distingue en particular en tres grandes grupos: aquellas que persiguen una orientación social, aquellas que siguen una orientación profesional y, aquellas de orientación comercial. Dentro de las comunidades de orientación social, encontramos las basadas en construir relaciones o que tienen una finalidad de entretenimiento. En el grupo de las profesionales, aparecen las comunidades de especialistas y expertos, junto con aquellas dedicadas al aprendizaje y conocimiento. Por último, en las de tipo comercial encontramos las comunidades entre empresas y entre empresas y consumidores. Más allá de su orientación principal, podemos encontrar elementos cruzados entre los diferentes tipos propuestos.


La discusión sobre comunidades virtuales de práctica ha sido extensa. Por este motivo en adelante haremos referencia a este término para referirnos a las comunidades de los casos seleccionados.




Las comunidades virtuales y sus ciclos de vida

Las comunidades virtuales –las de profesionales en particular– no se mantienen inalteradas a lo largo del tiempo. Al contrario, podemos identificar en ellas diferentes momentos, desde su creación, primeras incorporaciones, difusión, consolidación y redefinición, hasta su eventual declive o agotamiento. El tiempo de duración de las comunidades es relativo, depende de los intereses, dinámicas y orientaciones movilizadas, en un interjuego entre las plataformas que sirven de base a sus intercambios y los participantes que la habitan.
En función de ello, encontramos numerosas apuestas por reconocer ciclos de vida comunitarios, que den cuenta de sus trayectorias posibles. El concepto de ciclo de vida se presenta en alusión a la perspectiva biológica, donde las comunidades virtuales son consideradas como organismos, en tanto se originan, desarrollan y se extinguen (Lai et al., 2006). En el caso de Preece (2000), por ejemplo, se reconocen cuatro estadios en el ciclo de vida: pre-nacimiento, vida temprana, madurez y muerte (prebirth, early life, maturity, and death).

Imagen relacionadaSiguiendo a Sonnenbichler (2010), podemos reconocer diferentes ciclos de vida de una comunidad virtual. Todos ellos se basan en el modelo de relación genérico presentado por Haythornthwaite et al. (2000), donde se presentan tres etapas básicas: unión, presencia continuada y desacoplamiento (initial bonding, maintain presence, disegaging). Podemos reconocer, en primer lugar, el ciclo de vida de los miembros de la comunidad, centrado en la evolución de cada participante a lo largo del tiempo y los roles que asume al interior de la comunidad. Una segunda concepción estaría enfocada a comprender el ciclo de vida del grupo, centrándonos en sus objetivos, dinámicas y procesos internos. Finalmente, la autora describe el ciclo de vida del producto como un tercer tipo de aproximación, donde la comunidad es un producto en sí mismo que evoluciona, siguiendo etapas de concepción, adolescencia y madurez.

Sobre esta base, presentamos una nueva clasificación en tres ciclos de vida posibles. Partiendo de una mirada socio-técnica (Hine, 2008; Thomas et al., 2008), entendemos que las comunidades virtuales analizadas presentan trayectorias determinadas centralmente por tres aspectos: el ciclo de vida de las plataformas, que sienta las bases de los intercambios que transcurren online; el ciclo de vida de los participantes que se incorporan y forman parte de las comunidades; el ciclo de vida del grupo, que va definiendo diferentes objetivos, intereses y orientaciones a lo largo del tiempo.



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